La República conservadora o autoritaria, que se había consolidado con la Constitución de 1833, dio paso a la República Liberal, que como indica su nombre, estimulaba un mayor liberalismo en Chile. Así, entre 1861 y 1891, se aprobaron leyes que buscaban limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad y en la política chilena.
Se pone fin a la reelección presidencial, la Iglesia católica pierde algunos de sus poderes en la vida civil, ley de matrimonio civil, libertad de cultos y finalmente el Parlamento adquiere cada vez mayor poder en relación al Presidente de la República. A este período se lo denomina República Liberal, que finalizó con la guerra civil de 1891 entre los partidarios de un gobierno presidencialista y aquellos que apoyaban un sistema parlamentario. Entre los años 1886 y 1891 gobernaba al país el Presidente José Manuel Balmaceda.
El Presidente José Manuel Balmaceda, cansado de luchar frente a un Parlamento que no lo dejaba gobernar, decidió aprobar por sí mismo la ley de presupuesto del año anterior y suspender las funciones del Parlamento. Su decisión de cerrar el Congreso lo puso fuera de la legalidad, situación que provocó el estallido de una guerra civil entre los defensores del presidencialismo y los del parlamentarismo.
El ejército se mantuvo leal al Presidente, mientras que el Congreso contó con la Armada y el apoyo financiero de los ingleses. Balmaceda y sus seguidores balmacedistas fueron derrotados por los revolucionarios en las batallas de Placilla y Concón.
Balmaceda, derrotado se refugió en la embajada de Argentina; allí, antes de suicidarse, escribió una carta que hoy se considera su testamento político, de indudable importancia histórica .El triunfo de los congresistas condujo a un Régimen Parlamentario, caracterizado por el predominio político del poder Legislativo y la pérdida de facultades de parte del Presidente de la República y sus ministros.
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